Las 3 claves para elaborar un AOVE de máxima calidad
La producción de aceite de oliva de alta calidad depende de una serie de factores agronómicos y tecnológicos que influyen en la composición química y en las propiedades sensoriales del producto final. Entre estos factores, la recolección temprana de la aceituna, la cosecha a bajas temperaturas, y la minimización del tiempo transcurrido entre la recolección y la molturación son determinantes para maximizar la calidad del aceite de oliva virgen extra. Este artículo aborda la importancia científica de estas prácticas y su impacto en la calidad del aceite.
1. Recolección Temprana: Influencia en la Composición Fenólica y Antioxidante
La recolección temprana, generalmente realizada durante la fase de envero de la aceituna, es crucial para la obtención de aceites con un alto contenido en compuestos bioactivos, principalmente polifenoles y tocoferoles. Los estudios indican que la concentración de estos compuestos disminuye a medida que la aceituna madura, lo cual afecta tanto las propiedades antioxidantes como las sensoriales del aceite de oliva.
Impacto en la composición química:
- Polifenoles: La recolección temprana favorece un mayor contenido de polifenoles como el oleuropeína y el hidroxitirosol, los cuales son responsables de la actividad antioxidante y del amargor del aceite.
- Estabilidad oxidativa: Los aceites producidos a partir de aceitunas recolectadas tempranamente presentan mayor estabilidad frente a la oxidación, lo que prolonga su vida útil y mantiene sus propiedades organolépticas intactas durante más tiempo.
- Actividad antioxidante: Los altos niveles de compuestos fenólicos y otros antioxidantes presentes en los aceites de recolección temprana han demostrado tener efectos beneficiosos para la salud, incluidos efectos antiinflamatorios y cardioprotectores.
2. Cosecha a Bajas Temperaturas: Fundamento de la Extracción en Frío
La extracción en frío, que se define como la obtención de aceite a temperaturas inferiores a 27°C, es una técnica fundamental para la conservación de los compuestos volátiles y la integridad de los componentes bioactivos del aceite de oliva virgen extra. Cosechar a bajas temperaturas es esencial para evitar la degradación térmica de las aceitunas, lo cual podría afectar negativamente la calidad del aceite.
Efectos de la temperatura en la calidad del aceite:
- Conservación de compuestos volátiles: La cosecha y el procesamiento a bajas temperaturas preservan los compuestos volátiles responsables del aroma y el sabor del aceite, como el hexanal y el trans-2-hexenal, que son esenciales para el perfil sensorial.
- Mantenimiento de la calidad sensorial: Las temperaturas más bajas durante la cosecha ayudan a prevenir el estrés oxidativo en las aceitunas, minimizando la formación de defectos sensoriales como el sabor a rancio.
- Preservación de antioxidantes: Evitar temperaturas elevadas durante la cosecha y el procesamiento inicial es crucial para mantener la integridad de los antioxidantes naturales, lo que se traduce en un aceite con mejor perfil nutricional.
3. Minimización del Tiempo desde la Recolección hasta la Molturación
El intervalo entre la recolección y la molturación de las aceitunas es un factor crítico que afecta la calidad del aceite. Durante este tiempo, las aceitunas son susceptibles a procesos de oxidación y fermentación que pueden comprometer la calidad química y sensorial del aceite.
Aspectos críticos de la minimización del tiempo:
- Reducción de la oxidación lipídica: Un tiempo prolongado entre la cosecha y la molturación aumenta la exposición de las aceitunas al oxígeno, favoreciendo la oxidación de los ácidos grasos y la formación de compuestos indeseables.
- Prevención de fermentación y crecimiento microbiano: Procesar las aceitunas rápidamente reduce la posibilidad de fermentación anaeróbica, la cual puede aumentar los niveles de ácidos grasos libres y perjudicar la calidad sensorial del aceite.
- Optimización del rendimiento y la calidad: El procesamiento rápido permite maximizar el rendimiento de extracción y preservar las características frescas del aceite, evitando la pérdida de compuestos volátiles y la degradación de antioxidantes.
En Isbilya creemos que la integración de prácticas como la recolección temprana, la cosecha a bajas temperaturas y la reducción del tiempo entre la recolección y la molturación son esenciales para la producción de aceite de oliva virgen extra de alta calidad. Desde un punto de vista científico, estas prácticas permiten optimizar la composición fenólica, mantener la estabilidad oxidativa y garantizar un perfil sensorial superior, alineándose con los estándares más exigentes del mercado. La adopción de estas técnicas por parte de los productores no solo mejora la calidad del producto final, sino que también contribuye al desarrollo de aceites más saludables y competitivos.





